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Por Movimiento Evita Rosario

“El granizo sacó más a la luz la pobreza”, dice el padre Joaquín Núñez y se podría agregar que también muestra la ineficiencia de un Estado que está edificado para no atender las necesidades de los sectores más humildes y desprotegidos de la población.
Tres días se tardó en comenzar a repartir chapas y tirantes. Chapas y tirantes que aportó el Estado nacional porque en los depósitos municipales y provinciales no había ni una sola.
Los ranchos rosarinos sufrieron un bombardeo de hielo. Una vez más la necedad de los funcionarios, que conocen bien los pasillos de la Bolsa de Comercio pero muy poco los de nuestras villas miseria, dio espaldas a las organizaciones sociales que día a día las transitan y que conocen la realidad. Una vez mas se negó que pueblo y gobierno puedan trabajar coordinadamente para asistir y contener en la emergencia.
En el tablero de ajedrez de un partido electoral que viven jugando permanentemente provincia y municipalidad se comieron a todos los “peones” –una vez más. La situación no hace falta describirla, Rosario está llena de “cortes”, de gente necesitada y sin atención o, lo que es peor, sin contención.
Las “dos ciudades” de Rosario que tanto hemos denunciado han quedado tremendamente expuestas a fuerza de una lluvia de granizo.
La municipalidad fue más rápida en anunciar créditos para los empresarios y comerciantes que en dar techo a los que están a la intemperie. Algo anda mal señor Lifschitz y no es porque nos opongamos a que se asista a todos los sectores damnificados por el temporal, sino que hay prioridades y esas son los que no tienen nada, los condenados de la tierra o, mejor dicho, las víctimas de las políticas que ustedes alimentaron aunque se hagan los desentendidos.
Hay miles de compañeros que no han sido relevados ni por uno ni por otro- Qué va a pasar con ellos, mientras ustedes se tiran la pelota de que les corresponde a la provincia o al municipio? O durante la semana que viene esperan que las aguas se calmen y que los postergados vuelvan otra vez a sus casas con la impotencia y la bronca de haber sido desoídos una vez mas.
No nos engañemos, ni engañen. Unos se ocupan de un barrio porque las casas que construyeron muestran la fragilidad con que se encaran los proyectos cuando se hacen para los pobres. Los otros de otro barrio porque queda a dos cuadras de su distrito y como en la canción de Serrat tienen miedo de que “se nos llene de pobres el recibidor y no paren de llegar”.
Ante tanto infortunio de los que hace tres días andan buscando una respuesta oficial, ante la imprevisibilidad de gobiernos que no tienen una sola chapa ni un solo tirante cabe preguntarle, a la provincia: De qué se ufanan cuando hablan de 4 años de superávit fiscal? Y al municipio socialista ¿Para quién gobiernan: Para la ciudad encerrada en los bulevares o para todos?. La respuesta es obvia.